Viene a sugerirnos que la poesía, en su construirse y llenar papeles blancos, forma parte del propio laberinto donde el poeta y el poema confluyen con lo vital como unos elementos más del entramado existencial.
Así le gusta concluir en la contraportada:
"Posesión leve
laberinto perpetuo
esto de urdir poemas
para tejer nuevos silencios."
Como tantos otros autores, Olga siente el vértigo del silencio como amenaza enjuiciadora de aquello que los poetas transmiten mediante la palabra, como si el silencio, al final, pudiera aportarnos verdades más auténticas que las expresadas con el corazón por los versos.
No cabe duda que el silencio espera a que las palabra acabe de pronunciarse, para obtener en su ausencia conclusiones, pero nada sería su nada ( la del silencio), si previamente el flujo literario no se produjera y no trasmitiera con maestría su contenido.
Esa maestría la podemos observar en este poemario, a través de una exquisita musicalidad y un lenguaje poético muy acertado, variado y contemporáneo, haciendo en ocasiones guiños intencionados a modos más clásicos.
Voces Dispares es pues una obra de consolidación que marca la madurez creativa de su autora.
Norberto García Hernanz
Norberto, no se me habría ocurrido una reseña más iluminadora y más acertada que ésta que haces de mi libro. Está claro que con lectores lúcidos un libro comienza una andadura en la que el primer sorprendido es el autor. A mí me ayuda a comprender mi poemario. Gracias
ResponderEliminarGracias, Olga.
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